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viernes, 9 de marzo de 2012

Frente a una corrupción consentida

Es frecuente escuchar en las reuniones sociales, en las colas de los colectivos o en las conversaciones con el taxista, una serie de afirmaciones que forman parte de lo que podríamos llamar “el sentido común político mayoritario”. Entre estas afirmaciones podemos destacar: “Para gobernar bien se necesita experiencia en algún cargo ejecutivo”, “los dirigentes políticos se la pasan discutiendo y no hacen nada”, “los opositores no tienen propuesta” y “todos roban” o la opción referida a quienes gobiernan “roban pero hacen”.

En principio todas estas afirmaciones son discutibles, pero la más grave por los efectos que produce es “todos roban”. Como consecuencia de esta creencia, a la hora de votar, las valoraciones éticas deberían ser dejadas de lado.

Esta visión acerca de la incompatibilidad entre la honestidad y el ejercicio del poder se ha ido acentuando con el correr del tiempo.

Así pasamos del cuestionamiento a los negociados del menemismo, a la indiferencia con la que son asumidos los hechos de corrupción que salpican, por doquier, a la administración K. La resignación frente a los hechos de corrupción es un gran retroceso en relación a la calidad de nuestra democracia y sus instituciones.

Esta claudicación alcanza también a gran parte de los dirigentes que, en los 90, levantaban la bandera de la transparencia y hoy, seducidos por el poder,mantienen un silencio cómplice ante los hechos de corrupción de la actual gestión . Desafortunadamente el sobreseimiento de los imputados en el caso del contrabando de armas a Ecuador y Croacia, hecha un manto de duda sobre la independencia de la Justicia al juzgar delitos cometidos en el ámbito de la política.

Corrupción e impunidad en el poder se transforman así en moneda corriente para los ya incrédulos ciudadanos argentinos, acentuando su descreimiento. Pero no debemos caer en la apatía o la resignación. Creer que todos roban es un acto de hipocresía y cinismo que no nos podemos permitir. No es incompatible gobernar y ser decente. Debemos reemplazar el “todos roban” por “al que roba, no lo votamos"

PorRODOLFO RODIL EX DIPUTADO NACIONAL

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